El ámbito hipotecario es un campo lleno de papeleo, lenguaje farragoso, cláusulas indescifrables, angustia por la falta de tiempo y un sinfín de cuestiones más para nada desdeñables. Que generan que las claves de intentar conseguir la mejor hipoteca para nuestras necesidades sea cuando menos tediosa y poco accesible para todos. Al mismo tiempo, […]
El ámbito hipotecario es un campo lleno de papeleo, lenguaje farragoso, cláusulas indescifrables, angustia por la falta de tiempo y un sinfín de cuestiones más para nada desdeñables. Que generan que las claves de intentar conseguir la mejor hipoteca para nuestras necesidades sea cuando menos tediosa y poco accesible para todos.
Al mismo tiempo, no podemos olvidar que todo lo dicho anteriormente, en realidad, en lo que se traduce es en una de las decisiones más importantes de nuestras vidas a nivel financiero. Nos guste o no, es un trago que tenemos que pasar. Y en el que, además, debemos ser muy concienzudos porque de su éxito depende en gran parte nuestra salud financiera a largo plazo.
Sabemos que es una situación compleja, pero para eso estamos nosotros, para echarte un cable y aclararte bien las cosas. Por eso, ya no tendrás que usar solo métodos de respiración relajantes para calmar tus nervios ante la avalancha burocrática que supone contratar un crédito hipotecario. Sino que ahora también podrás hacerlo con la serie de consejos que te vamos a dar a continuación.
Pero antes, porque nos gustaría hacerte reflexionar sobre la siguiente cuestión: Por regla general, solemos separar compra y contratación hipotecaria, pero, ¿y si aunásemos ambos conceptos para así ser más eficientes? Esta dinámica tiene su razón de ser en la interacción real que une a estos dos aspectos. Ten en cuenta que si buscas una hipoteca antes de elegir tu vivienda puedes conocer de primera mano el rendimiento económico que vas a ser capaz de asumir. Lo que te proporcionará una visión más conveniente del valor real al que podrás aspirar a la hora de buscar casa. Uno de nuestros últimos estudios ha concretado que el 23,19% de las operaciones hipotecarias en 2022 han fracasado por no ser viables a nivel económico.
¿Qué debes entender antes de elegir una hipoteca?
- Ver la situación legal de la vivienda que quieres comprar. ¿Cómo puedes hacerlo? Muy fácil, solicitando una nota simple al Registro de la Propiedad y verificando que el dueño es quien dice ser y que no tiene una carga adicional aparte de la hipoteca.
- Debes tener ahorrado, aproximadamente, un 20% del valor de la vivienda. ¿Por qué? Porque suele ser el precio de la entrada de la casa. Recuerda que en la actualidad es muy complicado que un banco te acepte una hipoteca al 100% del precio de la vivienda.
- Tienes que tener en cuenta que su coste puede variar por las vinculaciones que te ofrece la entidad bancaria en cuestión. Es posible que la cuota más baja que veas no sea la más rentable a largo plazo.
- Elige el tipo de interés que más se adapte a tus circunstancias. Puedes optar por un tipo fijo , que no varía a lo largo de la vida del préstamo hipotecario, un tipo variable, que sí que varía en función del índice de referencia contratado, por lo general el Euríbor, y un tipo mixto en el que conviven el tipo fijo y el variable.
- Recuerda que no tienes que hacer ningún gasto burocrático. A excepción de la tasación. Del coste de las escrituras, la notaría y la gestión se hace cargo el propio banco.
- Puedes elegir el notario que tú quieras, la entidad bancaria con la que apliques tu hipoteca no tiene la potestad de imponerte uno. Aunque también puedes quedarte con el que te ofrecen.
- Tienes derecho a consultar la escritura de la vivienda tres días antes de firmarla, así te podrás informar de cualquier tipo de duda al respecto.
- Debes comprobar que la vivienda no tenga ninguna cláusula suelo. Esta cláusula atiende a la estipulación, dentro de un contrato de préstamo hipotecario, que establece que el interés variable nunca puede ser inferior a un determinado porcentaje. Es decir, nunca te podrías beneficiar de esa posible reducción en las cuotas.
- Recuerda que el plazo hipotecario habitual oscila entre los 20 y los 30 años. Aunque es posible encontrar hipotecas a plazos más cortos o largos, según el caso.
- Es preferible no contar con avalistas. Nunca se sabe lo que puede pasar y es mejor evitar complicar la vida a otras personas en caso de que no pudiéramos pagar la hipoteca por nosotros mismos.
- Las comisiones. Es aconsejable que entiendas, aunque no sea de forma muy profunda, cómo funcionan las comisiones adicionales habituales que generalmente acompañan a las hipotecas. Son las siguientes:
- Comisión por novación (cambio de condiciones de la hipoteca sin cambiar de banco): normalmente entre el 0% y el 1%.
- Comisión por subrogación (cambio de condiciones de la hipoteca cambiando de banco): entre el 0% y el 2%, según cuándo se firmara la hipoteca.
- Comisión de apertura: prácticamente ninguna entidad la cobra, por eso tendrás que echarle un ojo para que no te la incluyan.
- Comisión de cancelación total o parcial: mismos porcentajes que la comisión por subrogación.
BONUS TRACK. Si ves que todas estas indicaciones te siguen pareciendo demasiado laboriosas, siempre puedes contar con la ayuda de un bróker hipotecario, como Hipoo.
Una vez vistos los principales conceptos a tener en cuenta antes de contratar una hipoteca, queda en tu mano la decisión de cuándo empezar con la búsqueda y la consiguiente aventura que supone adentrarte de lleno en el mundo hipotecario.