Las vinculaciones son productos financieros que suelen ofrecer los bancos. Y que vienen asociadas a las hipotecas de modo que disminuyen el tipo de interés nominal (TIN) de las mismas. Hasta antes de la Ley de Créditos Inmobiliarios de 2019 eran productos obligatorios. Pero a partir de la entrada en vigor de dicha ley dejaron […]
Las vinculaciones son productos financieros que suelen ofrecer los bancos. Y que vienen asociadas a las hipotecas de modo que disminuyen el tipo de interés nominal (TIN) de las mismas. Hasta antes de la Ley de Créditos Inmobiliarios de 2019 eran productos obligatorios. Pero a partir de la entrada en vigor de dicha ley dejaron de serlo y comenzaron a denominarse productos bonificados.
En palabras de nuestros expertos, “la tendencia actual de las entidades bancarias con los productos bonificados es de ser agresivos con ellos. Con la subida del euríbor y de los tipos de interés, los bancos buscan una mayor contratación de bonificaciones. Principalmente porque, a través de ellas, las entidades bancarias generan mayor beneficio indirecto”.
¿Bonificar o no bonificar? Según las circunstancias personales
El equipo de operaciones de Hipoo ha realizado un análisis para comprobar la rentabilidad de las bonificaciones hipotecarias. Con la lupa puesta en los seguros de vida. Ya que suponen un ahorro o un gasto según el perfil del hipotecado. Y es que, uno de los factores claves a la hora de determinar dichos seguros de vida, más allá del género y de la cuantía hipotecada, es la edad del contratante. En este sentido, cuantos más años tenga el hipotecado menos posibilidades tendrá de beneficiarse de esta bonificación. La fecha límite son aproximadamente 40 años. Debido sobre todo a los riesgos que puede conllevar acabar de pagar una hipoteca a 25 o 30 años vista partiendo de dicha edad.
El análisis se ha hecho gracias a una comparativa a partir de un ejemplo de una hipoteca de 250.000 euros a 30 años. Con un interés fijo del 2%. Donde el seguro de vida bonifica un 0,40%.
- Para una persona de 45 años: el precio medio de un seguro de vida a 30 años para una persona de esta edad ascendería aproximadamente a 29.700 euros. Si se suma a esto al precio total de intereses del crédito hipotecario, que serían alrededor de 82.104 euros, el valor total a pagar entre intereses y seguro de vida alcanzaría un precio de 111.804 euros. Si, por el contrario, no contratara el seguro de vida con su consiguiente penalización del 0,4%, es decir, pagando un interés del 2,4%, el coste total sería de 100.246 euros. Por lo tanto, a esta persona le saldría más barato no contratar el seguro de vida. Alrededor de 10.000 euros más cara dicha contratación.
- Para una persona de 28 años: el precio medio de un seguro de vida a 30 años para una persona de esta edad ascendería aproximadamente a 9.600 euros. Si se sumara a esto el precio total de intereses del préstamo hipotecario, en torno a 82.104 euros, el valor total a pagar sería de 91.704 euros. Si, por el contrario, al igual que en el ejemplo anterior, esta persona no contratara el seguro de vida, teniendo que pagar un tipo fijo del 2,4%, la cantidad de dinero que tendría que pagar serían 100.246 euros. Es decir, a esta persona sí que le saldría más barato contratar el seguro de vida. Aproximadamente 8.500 euros más barato.
Las tres grandes bonificaciones hipotecarias
Para nuestros gestores hipotecarios, “la domiciliación de la nómina, el seguro de hogar y el seguro de vida conforman las tres grandes bonificaciones hipotecarias a día de hoy”.
- El seguro de hogar: no cambia a lo largo de la vida del préstamo hipotecario salvo decisión del cliente. Ya que queda ligado a valores prestablecidos en la tasación del bien inmueble. El precio puede variar en función del contenido a asegurar en el caso que sea así.
- El seguro de vida sí viene ligado a factores que varían a lo largo del préstamo hipotecario como: la edad, el capital, el género y el tipo de trabajo del o de los titulares.
- Según la edad de los titulares. El capital a asegurar puede variar el porcentaje. Aun así, las entidades bancarias suelen asegurar el 100% del crédito.
- Según el género del contratante. El masculino suele establecerse como un factor de mayor riesgo que el femenino.
- Según el tipo de profesión del titular. Existen oficios como pueden ser el de policía, militar o albañil que están sujetos a un plus de peligrosidad que puede afectar de lleno al valor del seguro de vida.
- La domiciliación de la nómina. Las entidades bancarias suelen ligar las bonificaciones hipotecarias a dicha acción financiera con el objetivo de asegurarse nuevos clientes.
Posibilidad de rebaja de hasta el 1% del TIN
Las bonificaciones medias establecidas en el mercado hipotecario permiten disminuir hasta un 1% el tipo de interés nominal de las hipotecas. Siempre y cuando se cumplan los requerimientos específicos que piden los bancos.
Si quieres saber más sobre este tema, aquí tienes un artículo de 20minutos para ampliar información.