Las hipotecas a tipo mixto se caracterizan por combinar los dos tipos de interés mayoritarios, el fijo y el variable. Consisten en pagar la cuota mensual a tipo fijo los primeros años de la vida del crédito hipotecario y el resto utilizando el tipo variable.
Es decir, durante los primeros meses, el pago será el mismo cada vez que haya que pagar, mientras que después, la cuota variará según el índice de referencia elegido al igual que con las hipotecas variables, siendo éste el Euríbor en la gran mayoría de los casos.
Es un tipo de hipoteca interesante porque la primera parte de la vida hipotecaria supone una dosis de estabilidad para el deudor, principalmente porque la cantidad a aportar no varía en ninguno de los casos.