La solvencia económica es la capacidad que tiene una persona para pagar deudas y obligaciones.
De modo que, al analizar la solvencia de cara a la concesión de un préstamo hipotecario, el banco evalúa si el cliente podrá responder a la cuota hipotecaria durante la vida de la hipoteca.
La Ley 5/2019 de contratos de préstamo inmobiliario impone al prestamista la obligación de evaluar la solvencia del prestatario antes de concederle el préstamo, sobre la base de la información que previamente ha obtenido el prestamista (arts. 11 y 12).
Avalando el artículo 11, el que describe de qué manera deberá realizarse dicha evaluación de solvencia, así como cuáles son los factores a tener en cuenta para respaldar la evaluación.
El objetivo de su estudio es comprobar que el solicitante puede permitirse pedir prestada esa cantidad de dinero y devolverla dentro de los plazos establecidos en el contrato.
¿Qué factores se consideran para su evaluación?
- Ingresos
- Situación de empleo
- Activos en propiedad
- Ahorros
- Gastos
- Nivel de endeudamiento y morosidad en préstamos anteriores