Las hipotecas por encima del 80% del valor total de la vivienda son una rara avis dentro del mercado hipotecario actual. Después de la crisis bursátil ocurrida en 2008, este tipo de contrataciones hipotecarias bajaron como la espuma. Principalmente porque las entidades bancarias desconfiaron de una cuestión que ellos mismos habían promovido durante ese mismo […]
Las hipotecas por encima del 80% del valor total de la vivienda son una rara avis dentro del mercado hipotecario actual. Después de la crisis bursátil ocurrida en 2008, este tipo de contrataciones hipotecarias bajaron como la espuma. Principalmente porque las entidades bancarias desconfiaron de una cuestión que ellos mismos habían promovido durante ese mismo período de tiempo. Es decir que, en los últimos años, los bancos han generalizado una oferta hipotecaria específica para aquellos clientes capaces de afrontar un pago inicial como mínimo del 20% de la vivienda. Si bien es cierto que, en la actualidad, estos porcentajes se han flexibilizado por la incapacidad de muchas personas de encarar ese nivel de gasto. Como, por ejemplo, los jóvenes.
De ese modo, si has llegado hasta aquí es porque te interesa este tipo de préstamo hipotecario. Es por ello por lo que vamos a explicarte los pros y los contras de la decisión de pedir una hipoteca por encima del 80%. Además de intentar ilustrarte cómo funciona realmente este tipo de producto financiero.
Una práctica del pasado que vuelve poco a poco
Como hemos visto hasta ahora, conceder más del 80% del valor de tasación del inmueble es una práctica que había desaparecido prácticamente del panorama financiero durante el período de crisis debido a los altos riesgos que suponía.
Hoy en día, esta práctica está volviendo a darse, aunque, sin embargo, no se está practicando con la soltura y la ligereza con la que se practicaba antes. En la actualidad, es un producto que se pone en marcha en casos muy exclusivos. Por lo tanto, aunque no existe como práctica habitual, se podría llegar a la conclusión de que conceder más del 80% es una posibilidad, que, aunque mínima, ha vuelto a colarse en el mercado hipotecario.
¿Cómo conseguir una hipoteca por encima del 80%?
Las entidades bancarias, ante préstamos más elevados que de costumbre, suelen exigir unos requisitos mayores a aquellas personas que opten por este tipo de hipotecas. Por ejemplo, los bancos tienen que ver que tienes un perfil solvente. ¿Esto qué significa? Que debes contar en tu haber con un buen salario y una clara estabilidad laboral y financiera. Es decir, ser indefinido o funcionario y tener unos ingresos mensuales de como mínimo unos 2.000 euros.
También las entidades bancarias valoran la posibilidad de ofrecer más garantías de pago. Como, por ejemplo, añadir un aval a la hipoteca, pese al riesgo que pueden contraer dichas operaciones.
Del mismo modo, una forma de conseguir una hipoteca por encima del 80% es acudir a un intermediador hipotecario, debido principalmente a que este tipo de plataformas conocen a la perfección el mercado. Y podrán guiarte de una forma óptima de cara a las posibles negociaciones con los bancos.
Ventajas de las hipotecas por encima del 80%
Después de haber leído hasta aquí, es muy probable que ya intuyas cuáles pueden ser las ventajas de contratar este tipo de préstamos hipotecarios. Te destacamos algunas:
- Es una buena solución a la falta de ahorro. A la hora de comprar una vivienda, no todas las personas han tenido la capacidad de ahorrar lo suficiente como para pagar un 20% de la hipoteca más los gastos añadidos. Por ello, la concesión de una hipoteca por encima del 80% alivia la carga de gastos.
- Acceso a vivienda. Una hipoteca al 100% supone una forma de acceder a la compra de una casa que de otra forma sería prácticamente imposible.

Desventajas de las hipotecas por encima del 80%
Ahora bien, como todo en la vida, no solo hay ventajas en las hipotecas por encima del 80%, también existe una serie de inconvenientes que es bueno saber de antemano:
- Son difíciles de conceder. La primera y mayor desventaja de este tipo de hipotecas es que se conceden en casos muy contados. Pese a todo, es una práctica que se está volviendo a dar, aunque con timidez.
- Clientes exclusivos. Ser beneficiado por una hipoteca de este tipo supone que tienes que ser un cliente exclusivo con el que las entidades se sientan seguras. Por ejemplo, un funcionario tendrá más probabilidades de que le concedan este tipo de hipoteca que un autónomo.
- Inmuebles propios. Normalmente, los bancos conceden estas hipotecas si el cliente desea comprar una casa que es propiedad de la entidad bancaria en cuestión. Es decir, puede llegar a ser un mercado restringido, debido a que este tipo de mercado inmobiliario es de difícil acceso para el comprador común.
- Más caras. Conceder el 100% de una hipoteca supone no solo devolver más dinero, sino también pagar más porcentaje de intereses, y muchas veces en un mayor período de tiempo.